En las sesiones previas a las vacaciones, el líder de una empresas a la que acompaño, trabajaba en su reto de hacer que su equipo se sienta parte de la misión.
Me contaba que, siente como principal desafío, el lograr que los miembros de su equipo vean la conexión entre sus tareas cotidianas y el propósito general de la empresa. Y en este reto anda trabajando los últimos meses. Yo, para anclar los logros obtenidos hasta ahora, le pedí que me indicara qué cosas había puesto en marcha y le estaban funcionando. Y me estableció una breve relación de estrategias que le habían dado resultados :
1. Explicar el «por qué» detrás de las tareas: Esto consiste, me explicaba, en que cuando asigno a mi equipo una nueva tarea o proyecto, no solo les doy instrucciones. Me tomo el tiempo para explicar cómo ese trabajo específico, se alinea con los objetivos más amplios de la empresa. Les ayudo a entender el impacto que tendrá y cómo contribuirá al cumplimiento de la misión.
Por ejemplo, si el equipo está trabajando en una campaña de marketing, en lugar de simplemente decir «necesito que crees este anuncio», me paro y le explico: «Este anuncio será parte de nuestra estrategia para llegar a más clientes potenciales y aumentar nuestras ventas. Al crear contenido atractivo y relevante, estarás ayudando a que más personas conozcan nuestra marca y nuestros productos, lo cual es clave para cumplir nuestra misión de ser la opción preferida en nuestro mercado”.
Antes pensaba que pedir más tareas haría que mi equipo hiciera más acciones y tendría más resultados. Pero me he dado cuenta que, dedicar el tiempo a contextualizar la tarea en cómo se ven reflejados en la misión de nuestro proyecto, hace que la ampliación sea mayor y no se detecten apenas errores.
2. Otra acosa que me ha funcionado, comentaba mi cliente es “Celebrar los logros alineados a la misión”: Cada vez que mi equipo ha logrado un objetivo o completado con éxito una tarea importante, le puse el cuidado de reconocer y celebrar específicamente cómo ese trabajo ha contribuido al cumplimiento de la misión de la empresa. De esta manera sentía que reforzaba la conexión y les demostraba que su esfuerzo tiene un impacto real.
No es necesario grandes celebraciones, se trata sencillamente, de decir: «¡Excelente trabajo en ese proyecto de desarrollo de nuevos productos! Gracias a los esfuerzos de todo el equipo, hemos podido lanzar al mercado esa línea innovadora que se alinea perfectamente con nuestra misión de ofrecer soluciones de vanguardia a nuestros clientes».
3. Por último, me mencionó el líder de la organización que otra acción que le había dado resultados de implicación con la misión, había sido: Fomentar el diálogo y la retroalimentación: Mantener conversaciones periódicas con el equipo para que puedan compartir sus ideas, sus dificultades, preocupaciones y sugerencias sobre cómo mejorar el alineamiento con la misión. Es generar una cultura de colaboración . Estando abierto a esta retroalimentación les demuestro que valoro sus perspectivas y se involucran aún más.
Estos medios que le ha dado buenos resultados, y seguro van a ser reforzados por otras acciones y medidas a la vuelta de vacaciones. Estoy segura que seguirá descubriendo y aplicando.