Hace unas semanas tuve el privilegio de impartir una sesión formativa sobre compliance en Segovia, centrada en la conveniencia de que las instituciones religiosas adopten sistemas de cumplimiento normativo. Durante esta sesión, surgió un diálogo fascinante que ha dado pie a esta entrada. La persona que intervenía argumentaba con lucidez sobre la necesidad de que los sistemas de cumplimiento normativo caminaran hacia un enfoque integral y positivo. Nada más, nada menos. Este enfoque sugiere una transición desde la mera observancia por temor a las sanciones hacia una perspectiva que aproveche el cumplimiento como una oportunidad para fortalecer la integridad institucional y promover valores éticos.
La integralidad del compliance: más allá de lo penal.
En el mundo actual, marcado por una creciente demanda de transparencia y responsabilidad, el compliance se ha vuelto una herramienta indispensable para las organizaciones de todos los sectores, incluidas las instituciones religiosas. Sin embargo, es crucial entender que un sistema de cumplimiento normativo eficaz va mucho más allá de la mera prevención de sanciones penales.
Limitarse a cumplir con lo estrictamente requerido por la ley es insuficiente en el panorama actual. La adopción de un enfoque integral implica considerar todos los aspectos de la actividad institucional que puedan tener implicaciones normativas, desde la contratación laboral, la fiscalidad y el respeto medioambiental, en consonancia con las nuevas tendencias UNE e ISO.
Las nuevas tendencias en el ámbito del cumplimiento normativo enfatizan la importancia de una perspectiva integrada que aborde no solo los riesgos legales, sino también los riesgos éticos y reputacionales. Es por ello que, además de cumplir con la legislación vigente, las instituciones religiosas deben aspirar a promover una cultura de integridad, transparencia y responsabilidad en todas sus operaciones.
Para las instituciones religiosas, esto significa adoptar prácticas que no solo cumplan con las leyes aplicables, sino que también reflejen sus valores y principios éticos fundamentales. Este enfoque integral asegura que las acciones de la institución estén alineadas con sus creencias, fortaleciendo su misión y visión a largo plazo.
Compliance como oportunidad de crecimiento.
Durante la sesión formativa, se hizo hincapié en la importancia de percibir el compliance no como una carga o un mero requisito legal, sino como una oportunidad para el crecimiento y la mejora continua. Implementar un sistema de cumplimiento normativo integral permite a las instituciones religiosas:
- Fortalecer la confianza: Al demostrar un compromiso serio con el cumplimiento de las normativas y con la ética, las instituciones religiosas pueden fortalecer la confianza entre sus miembros y la comunidad en general. Esto es fundamental para su sostenibilidad y crecimiento a largo plazo.
- Mejorar la gestión de riesgos: Un sistema de compliance eficaz ayuda a identificar y gestionar proactivamente los riesgos, evitando así posibles sanciones, daños reputacionales y otros impactos negativos.
- Potenciar la innovación: Al abordar el compliance como una oportunidad de mejora continua, las instituciones religiosas pueden fomentar una cultura de innovación. Esto les permite no solo adaptarse a los cambios legislativos, sino también responder de manera más eficaz a las necesidades y expectativas de su comunidad.
- Promover una cultura ética: Integrar el compliance en todas las áreas de la institución promueve una cultura organizacional donde los valores éticos y morales guían todas las decisiones y acciones. Esto es particularmente resonante con la misión de las instituciones religiosas.
Superando los desafíos
Implementar un sistema de compliance integral representa, sin duda, un desafío significativo, especialmente para instituciones con recursos limitados. Además, la implementación de un sistema de compliance integral puede enfrentar desafíos adicionales debido a la complejidad inherente a la gestión de múltiples aspectos normativos. La coordinación de actividades, la recopilación de información y el monitoreo continuo del cumplimiento pueden requerir recursos significativos y una planificación cuidadosa.
Sin embargo, este desafío puede abordarse de manera efectiva mediante la adopción de un enfoque paso a paso, comenzando por áreas de mayor riesgo o importancia. La formación continua y la sensibilización sobre la importancia del compliance son fundamentales para fomentar una participación activa a todos los niveles de la organización.
A pesar de estos desafíos, los beneficios de adoptar un enfoque integral y positivo hacia el cumplimiento normativo son innegables. Más allá de evitar sanciones legales, este enfoque puede fortalecer la reputación y la credibilidad de las instituciones religiosas, aumentar la confianza de los fieles y otras partes interesadas, y contribuir a la realización de su misión y valores fundamentales.
El rol del liderazgo y la implicación de todos.
Es importante destacar que la transición hacia un sistema de cumplimiento normativo integral y en positivo no es tarea fácil. Implica un cambio cultural que fomente la responsabilidad individual y colectiva en el cumplimiento de las normativas y en la promoción de una conducta ética en todos los niveles. Requiere un compromiso firme por parte de todos los miembros de la organización, empezando por los estamentos superiores. Es crucial que éstos muestren un compromiso genuino con el cumplimiento normativo, no solo mediante palabras, sino a través de sus acciones. Esto incluye asignar los recursos necesarios, establecer canales de comunicación efectivos y promover una cultura de transparencia y responsabilidad.
Conclusiones
La sesión formativa de hace unas semanas fue un recordatorio poderoso de que el compliance no debe ser visto como un mero ejercicio de cumplimiento legal, sino como una oportunidad para reafirmar los valores y fortalecer la misión de las instituciones religiosas. Adoptar un enfoque integral y positivo hacia el compliance puede transformarlo en una herramienta poderosa para el crecimiento, la innovación y la mejora de la organización, lo que redundará en un mayor impacto social.
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Jose Rafael Rich Ruiz
Es especialista en derecho corporativo, cumplimiento normativo, mediación y negociaciones complejas.
Abogado y socio-presidente de Rich & asociados.
Es especialista en derecho corporativo y cumplimiento normativo (compliance). Miembro de Cumplen y a la World Compliance Association, asociaciones profesionales de referencia en el cumplimiento normativo en el ámbito nacional e internacional.
Profesor de Derecho Constitucional de la Universidad Loyola.
Ha elaborado el Programa de Compliance de la Conferencia Episcopal Española y de numerosas administraciones públicas y entidades privadas.
